
22 de junio de 2002, ese fue el día donde a España le robaron un Mundial.
Cierto es que eran los cuartos de final, pero todos los españoles y los aficionados al fútbol sabían que España junto a Brasil eran las dos selecciones más fuertes y por lo tanto, las dos favoritas.
El partido entre España y Corea se recuerda por ser uno de los partidos más polémicos de la selección junto al del famoso codazo a Luis Enrique en Estados Unidos'94.
El partido, la eliminación, el mundial...tuvo un nombre propio; Gamal Al Ghandour. El colegiado, si se le puede llamar colegiado, fue el protagonista de esta tragedia, él y un amigo con una banderita en la mano se encargaron de echar por tierra las ilusiones de millones de aficionados que se veían conquistando el título.

Corea llegó al partido después de eliminar a Italia, o mejor dicho, después de que el trío arbitral eliminara a Italia. Por lo tanto, Corea llegaba con la polémica bajo el brazo y con los rumores de complot hacia los rivales de estos. Estos rumores pasaron a ser hechos justamente después del pitido final del encuentro entre España y Corea. Tras dos goles anulados injustamente y diversos fueras de juego señalados y claramente inexistentes, España se iba para casa en cuartos de final en medio de la polémica y entre infinidad de protestas al cuadro arbitral, tras haber caído en una fatídica tanda de penaltis, donde Joaquín erraba su pena máxima.
Cierto es que eran los cuartos de final, pero todos los españoles y los aficionados al fútbol sabían que España junto a Brasil eran las dos selecciones más fuertes y por lo tanto, las dos favoritas.
El partido entre España y Corea se recuerda por ser uno de los partidos más polémicos de la selección junto al del famoso codazo a Luis Enrique en Estados Unidos'94.
El partido, la eliminación, el mundial...tuvo un nombre propio; Gamal Al Ghandour. El colegiado, si se le puede llamar colegiado, fue el protagonista de esta tragedia, él y un amigo con una banderita en la mano se encargaron de echar por tierra las ilusiones de millones de aficionados que se veían conquistando el título.

Corea llegó al partido después de eliminar a Italia, o mejor dicho, después de que el trío arbitral eliminara a Italia. Por lo tanto, Corea llegaba con la polémica bajo el brazo y con los rumores de complot hacia los rivales de estos. Estos rumores pasaron a ser hechos justamente después del pitido final del encuentro entre España y Corea. Tras dos goles anulados injustamente y diversos fueras de juego señalados y claramente inexistentes, España se iba para casa en cuartos de final en medio de la polémica y entre infinidad de protestas al cuadro arbitral, tras haber caído en una fatídica tanda de penaltis, donde Joaquín erraba su pena máxima.
