jueves, 29 de julio de 2010

La intrahistoria de Mario Balotelli


Su historia forja en parte su personalidad. Nacido en Palermo, sus padres de origen ghanés lo abandonaron poco después en un hospital. Desde allí fue adoptado por una familia de una población cercana a Brescia, donde desarrolló su afición al fútbol jugando en el campo de juego de la iglesia local. Como tantos y tantos niños italianos. De niño, realizó las pruebas para jugar en el FC Barcelona, pero los técnicos desestimaron su inclusión.

No es tan frecuente topar con un futbolista negro con perfecto acento y nombre italiano. Esto le ha reportado algún problema en un ambiente futbolístico y social donde, por desgracia, hay menos vergüenza a la ostentación racista como arma de desestabilización deportiva. En algún campo le han lanzado plátanos, los cánticos racistas contra él son frecuentes.

Paradójica situación para uno de los jóvenes llamados a descongestionar el desolador panorama del fútbol italiano, tras su reciente fracaso en el Mundial y con una amplia demanda de renovación. A las órdenes del nuevo seleccionador Prandelli, Supermario parece una de las opciones más apreciadas en punta. Y es que muchos elogian su habilidad y su potencia, etiquetándolo ya como un nuevo Ronaldo. Otros creen que está sobrevalorado, que necesita aún progresión y que gran parte de su potencial depende de su capacidad mental.